6 de marzo de 2015.
Aprender el control postural, respiratorio, la proyección de la voz y una canción, sus elementos y transcripción convencional.
Una de las herramientas más importantes de la que dispone un educador es su voz. Por ello, es vital para nosotros saber hacer un buen uso de ella y evitar así futuros y comunes daños en la garganta, como pueden ser los pólipos. Pero este cuidado no consiste tan solo en beber líquido y evitar coger frío por el aire acondicionado de una sala; un uso continuo de la voz en una mala postura corporal o el no saber controlar correctamente la salida de aire puede dañarnos la garganta.
Teniendo en cuenta esto, hoy hemos realizado en clase cuatro actividades que os describo a continuación:
1. Trabajamos una correcta postura corporal.
El objetivo de esta actividad, consiste en tomar consciencia de la postura corporal.
Colocados por parejas, uno de los miembros se coloca delante del otro y con los pies separados a la altura de las caderas, flexionará levemente las rodillas y dejará caer la parte superior de su cuerpo de forma que sus brazos y cabeza cuelguen. Con música suave que ayude a la relajación, cerrará los ojos y, mientras el otro miembro de la pareja recorre lentamente su espalda con las manos colocadas a cada lado de la columna vertebral, este irá enderezando las vértebras junto a las que su compañero va pasando los dedos hasta quedar con la espalda y cuello rectos, así como sus hombros relajados. El compañero podrá continuar ayudando a la relajación mediante un masaje por los hombros de su compañero. Al finalizar la canción, intercambiarán los papeles. Tanto la profesora como el compañero, cuidarán que el alumno no finalice en una mala postura.
Con el siguiente vídeo, aunque no ha sido grabado en buen ángulo, podéis haceros una idea de la realización de esta actividad:
Aprender el control postural, respiratorio, la proyección de la voz y una canción, sus elementos y transcripción convencional.
Una de las herramientas más importantes de la que dispone un educador es su voz. Por ello, es vital para nosotros saber hacer un buen uso de ella y evitar así futuros y comunes daños en la garganta, como pueden ser los pólipos. Pero este cuidado no consiste tan solo en beber líquido y evitar coger frío por el aire acondicionado de una sala; un uso continuo de la voz en una mala postura corporal o el no saber controlar correctamente la salida de aire puede dañarnos la garganta.
Teniendo en cuenta esto, hoy hemos realizado en clase cuatro actividades que os describo a continuación:
1. Trabajamos una correcta postura corporal.
El objetivo de esta actividad, consiste en tomar consciencia de la postura corporal.
Colocados por parejas, uno de los miembros se coloca delante del otro y con los pies separados a la altura de las caderas, flexionará levemente las rodillas y dejará caer la parte superior de su cuerpo de forma que sus brazos y cabeza cuelguen. Con música suave que ayude a la relajación, cerrará los ojos y, mientras el otro miembro de la pareja recorre lentamente su espalda con las manos colocadas a cada lado de la columna vertebral, este irá enderezando las vértebras junto a las que su compañero va pasando los dedos hasta quedar con la espalda y cuello rectos, así como sus hombros relajados. El compañero podrá continuar ayudando a la relajación mediante un masaje por los hombros de su compañero. Al finalizar la canción, intercambiarán los papeles. Tanto la profesora como el compañero, cuidarán que el alumno no finalice en una mala postura.
Con el siguiente vídeo, aunque no ha sido grabado en buen ángulo, podéis haceros una idea de la realización de esta actividad:
Este ejercicio nos sirve para darnos cuenta que las posturas corporales naturales suelen no suelen ser las correctas. Al finalizar hemos comprobado que muchas de nosotras, inconscientemente, no terminábamos de enderezar la espalda. La toma de conciencia de esta no como un todo sino de cada una de sus partes, nos puede ayudar a corregir estos malos hábitos que puede perjudicarnos en varios aspectos, como puede ser la voz.
2. Trabajar control respiratorio.
Su objetivo es aprender a controlar la expulsión del aire.
Un miembro de la pareja se tumba boca arriba y se prepara para inhalar en 4 tiempos. La profesora marcará el inicio y contará hasta cuatro, tras lo que el alumno tumbado deberá comenzar a exhalar el aire lo más lentamente posible al tiempo que su compañero, con una mano sobre su estómago, controlará el tiempo que aguanta expulsando el aire y dará aviso cuando este haya acabado. Al finalizar, los miembros de la pareja se intercambiarán los roles.
Su objetivo es aprender a controlar la expulsión del aire.
Un miembro de la pareja se tumba boca arriba y se prepara para inhalar en 4 tiempos. La profesora marcará el inicio y contará hasta cuatro, tras lo que el alumno tumbado deberá comenzar a exhalar el aire lo más lentamente posible al tiempo que su compañero, con una mano sobre su estómago, controlará el tiempo que aguanta expulsando el aire y dará aviso cuando este haya acabado. Al finalizar, los miembros de la pareja se intercambiarán los roles.
Con esta actividad podemos observar las diferencias en la resistencia de unos y otros compañeros y, comprobar así, si la propia puede y/o debe trabajarse para mejorarla ya que una correcta expulsión del aire a la hora de utilizar la voz, nos ayudará a que no suponga un esfuerzo ya que este podría causarnos daño.
3. Trabajar la proyección de la voz utilizando los resonadores naturales de cabeza o pecho.
Esta actividad lleva como objetivo trabajar la habilidad para proyectar la voz de una manera eficaz, tanto en tiempo como en intensidad.
Al igual que en la actividad anterior, se trabajará por parejas en las que un miembro permanecerá tumbado boca arriba mientras el otro a su lado controlará el tiempo que su compañero aguanta. Primero, el miembro de la pareja que comience tumbado, comprobará la vocal que elegirá para proyectar. Una vez la escoja, tomará aire en 4 tiempos tras lo que comenzará a proyectar la vocal controlando al mismo tiempo la expulsión del aire. Al igual que en la otra actividad, la compañera avisará cuando esta haya acabado y se intercambiarán los roles.
Después se volverá a realizar la actividad siendo, esta vez, medida la máxima intensidad con la que somos capaces de proyectar la vocal escogida y no el tiempo de duración.
Esta actividad lleva como objetivo trabajar la habilidad para proyectar la voz de una manera eficaz, tanto en tiempo como en intensidad.
Al igual que en la actividad anterior, se trabajará por parejas en las que un miembro permanecerá tumbado boca arriba mientras el otro a su lado controlará el tiempo que su compañero aguanta. Primero, el miembro de la pareja que comience tumbado, comprobará la vocal que elegirá para proyectar. Una vez la escoja, tomará aire en 4 tiempos tras lo que comenzará a proyectar la vocal controlando al mismo tiempo la expulsión del aire. Al igual que en la otra actividad, la compañera avisará cuando esta haya acabado y se intercambiarán los roles.
Después se volverá a realizar la actividad siendo, esta vez, medida la máxima intensidad con la que somos capaces de proyectar la vocal escogida y no el tiempo de duración.
Tras la realización del ejercicio hemos debatido la importancia que tiene el
saber respirar correctamente, ya que una excesiva salida de aire provoca
que las cuerdas vocales rocen y, por consiguiente, que se dañen. Para utilizar la voz, debemos proyectarla desde el diafragma para evitar forzar las cuerdas vocales.
Esta actividad nos sirve para comprobar si proyectamos la voz correctamente. Si en dicha proyección notamos que nos retumba la garganta, esto será una señal de que estamos forzando las cuerdas vocales, por lo que deberemos seguir trabajando para evitar esto.
4. Aprendemos una canción con movimientos corporales y analizamos su compás, ritmo y cómo se transcribe.
Con esta actividad se trabajan los siguientes objetivos:
Todas las alumnas nos disponemos en círculo junto a la profesora. Esta da inicio a la actividad iniciando un ritmo con que marca mediante pasos sin desplazamiento. Cuando todas la imitamos nos recita la primera parte de la estrofa de la canción que vamos a trabajar siguiendo el ritmo de los pies "Anda, anda, anda que te anda". Sin parar el ritmo de los pies y, tras repetir al unísono lo que nos ha dicho, la profesora continua de esta misma forma con el resto de la estrofa, parte por parte y, luego, con toda la canción. La canción está dividida en 3 estrofas en las que, con la primera, como ya se ha explicado, los sonidos van acompañados de pasos, en la segunda se acompañan con saltos y en la tercera con pasos muy rápidos. La letra de la canción sería la siguiente:
Con esto hemos aprendido una canción con movimientos corporales que se correspondían con los elementos del compás: los pasos (andar) se correspondían con el pulso, los saltos con el acento y los pasos rápidos (correr) a la subdivisión.
Tras esto hemos analizado el tipo de compás de esta canción, el ritmo que estaba formado por la relación de los distintos sonidos de las sílabas de la canción y hemos visto cómo se transcriben esos ritmos en una partitura convencional.
Con esta actividad se trabajan los siguientes objetivos:
- Aprender la canción.
- Comprender la relación entre los elementos del compás de la canción.
- Saber cómo se transcribe el ritmo de una canción utilizando una notación convencional.
Todas las alumnas nos disponemos en círculo junto a la profesora. Esta da inicio a la actividad iniciando un ritmo con que marca mediante pasos sin desplazamiento. Cuando todas la imitamos nos recita la primera parte de la estrofa de la canción que vamos a trabajar siguiendo el ritmo de los pies "Anda, anda, anda que te anda". Sin parar el ritmo de los pies y, tras repetir al unísono lo que nos ha dicho, la profesora continua de esta misma forma con el resto de la estrofa, parte por parte y, luego, con toda la canción. La canción está dividida en 3 estrofas en las que, con la primera, como ya se ha explicado, los sonidos van acompañados de pasos, en la segunda se acompañan con saltos y en la tercera con pasos muy rápidos. La letra de la canción sería la siguiente:
Anda, anda, anda que te anda
anda, anda, vamos de excursión.
Salta, salta, salta que te salta
salta, salta, vamos de excursión.
Corre, corre, corre que te corre
corre, corre, vamos de excursión.
Con esto hemos aprendido una canción con movimientos corporales que se correspondían con los elementos del compás: los pasos (andar) se correspondían con el pulso, los saltos con el acento y los pasos rápidos (correr) a la subdivisión.
Tras esto hemos analizado el tipo de compás de esta canción, el ritmo que estaba formado por la relación de los distintos sonidos de las sílabas de la canción y hemos visto cómo se transcriben esos ritmos en una partitura convencional.
A
los niños les llama más la atención la voz humana oída en directo, sobre todo si es de alguien cercano a ellos, a la voz que procede de
una grabación. Así pues, es preferible que la educadora cante a y con
ellos, a que trabaje la música por medio de canciones grabadas.
La música hay que vivirla y sentirla, sobre todo a la hora de trabajarla con niños de infantil. Hay que bailar y cantar con ellos. Cuando son bebés es aconsejable hacerlo con ellos en brazos hasta que tengan el desarrollo suficiente para hacerlo por ellos mismos pero teniendo muy presente que nunca hay que forzarlos. Si no quieren hacer algo, seguro que es por un buen motivo como puede ser el sentirse inseguros porque necesiten percibir más, o porque estén saturados de todo cuanto les transmitimos.
Es beneficioso trabajar con ellos mediante juegos de manos que les haga ver cómo el movimiento se coordina con la música. Primero nos observarán y, con el tiempo, se lanzarán a imitarnos o a acabar una canción que dejamos a medias. Cuanto más se muevan, mejor percibirá la música. Ellos mismos se irán autorregulando mediante la práctica, la función de la maestra será ofrecerles la oportunidad y el material para que ellos mismos aprendan.
La música hay que vivirla y sentirla, sobre todo a la hora de trabajarla con niños de infantil. Hay que bailar y cantar con ellos. Cuando son bebés es aconsejable hacerlo con ellos en brazos hasta que tengan el desarrollo suficiente para hacerlo por ellos mismos pero teniendo muy presente que nunca hay que forzarlos. Si no quieren hacer algo, seguro que es por un buen motivo como puede ser el sentirse inseguros porque necesiten percibir más, o porque estén saturados de todo cuanto les transmitimos.
Es beneficioso trabajar con ellos mediante juegos de manos que les haga ver cómo el movimiento se coordina con la música. Primero nos observarán y, con el tiempo, se lanzarán a imitarnos o a acabar una canción que dejamos a medias. Cuanto más se muevan, mejor percibirá la música. Ellos mismos se irán autorregulando mediante la práctica, la función de la maestra será ofrecerles la oportunidad y el material para que ellos mismos aprendan.
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