Práctica 2

20 de febrero de 2015

Creación de pieza musical y representación gráfica.

En esta segunda práctica, cuyos objetivos fueron la creación y representación mediante grafías no convencionales de una pieza musical, utilizamos una metodología que iba en la misma línea que la segunda actividad de la primera práctica, "representación de escenas", es decir, mediante los sonidos de los instrumentos y vocalizaciones debemos representar una escena propia de la vida cotidiana. En este caso, y a diferencia de la actividad anterior, éramos nosotras quienes debíamos consensuar qué escena íbamos a representar.

Comenzamos con una lluvia de ideas, pero más que llover, sinceramente pareciera que chispeara. Sin embargo, poco a poco fuimos abriendo nuestras mentes y compartiendo así alguna idea, hasta que alguien mencionó representar un parto. Todas estuvimos de acuerdo, aunque llegó el momento de pensar en cómo interpretarlo. Así pues, recurrimos a una nueva lluvia de ideas hasta acordar entre todas la mejor forma de llevarlo a cabo. Inmediatamente después nos pusimos a practicar, tarea difícil teniendo en cuenta que el aula estaba ocupada por dos grupos más de compañeras que también tocaban sus instrumentos. A pesar de ello, poco a poco conseguimos sacar la pieza adelante y salimos fuera de la clase para poder plasmarla en un vídeo sin la superposición de los sonidos de los instrumentos de las otras compañeras. 



Tras la creación de esta pieza, se nos pidió plasmarla en una hoja de papel continuo, de forma que pudiera leerse y entenderse por personas ajenas a nuestro grupo de trabajo y, así, poder interpretarla de la misma forma en que nosotras. Es decir, tenía que poder entenderse qué instrumentos forman parte de la pieza musical, cuándo tienen que entrar y salir, y con qué intensidad, ritmo y duración deben sonar.

Una compañera propuso plasmarla con la estructura de un gráfico tal que así:

Ante lo que opiné que iba ser de difícil interpretación y podía crear confusión. Propuse hacerlo como una tabla en la que cada línea, de arriba a abajo, correspondiera a un instrumento y cada lectura en vertical el tiempo, el cual debíamos usar para plasmar la duración del sonido de cada instrumento. Pareció que no me explicaba bien ya que querían continuar con el gráfico, hasta que la profesora vino, lo vio y explicó que no podía hacerse de esa forma. Nos explicó la misma forma de hacerlo, que yo trataba anteriormente de explicar a mis compañeras y poco a poco, resolviendo dudas entre nosotras y con el consejo de la profesora de no olvidar plasmar el ritmo e intensidad de sonido, la fuimos creando. Al final, aunque con algunos errores y una estética no muy buena por haber sido la primera vez que realizábamos una representación gráfica de una pieza musical, quedamos satisfechas con el resultado, ya que pensamos que sería fácil de interpretar.

Como podéis ver, la columna de la izquierda plasma los instrumentos musicales utilizados (aunque usamos un espacio para las baquetas que al final no usamos) y en el resto del papel, y de forma vertical, plasmamos los sonidos de cada instrumento, así como la ausencia de estos (espacios en blanco), el ritmo (rápido mediante puntos más pegados, lento mediante puntos más separados) y la intensidad (baja con puntos pequeños, alta con puntos grandes).

En conclusión, a pesar de las dificultades del proceso, las cuales siempre vienen bien para aprender a resolver dudas que se nos pueden plantear en un futuro, conseguimos un buen resultado. Realizar esto con una metodología de este tipo, en la que no se nos da el resultado, sino que debemos descubrirlo por nosotras mismas, nos ayuda a ver y aprender a resolver inconvenientes que de otra manera no veríamos. Además, de esta forma, interiorizamos los contenidos de forma significativa, ya que, al trabajarlos en primera persona, es más fácil de recordar. Por tanto, encontrarnos con distintos puntos de vista, nos puede resultar muy enriquecedor.


Esta actividad, trasladada a un aula de infantil, puede llegar a ser muy enriquecedora. La maestra debe actuar como orientadora pero no como simple transmisor de conocimientos. Debe dejar que los niños y niñas aprendan por sí mismos a resolver el trabajo planteado, acostumbrarlos a trabajar con más compañeros y que deban consensuar una solución entre todos ellos. Todo esto les ayudaría en muchos aspectos, no solo para aprender contenidos musicales, sino para desarrollar habilidades sociales, comunicativas y afectivas y, a aprender bajo su propia experiencia, es decir, de la forma más cercana a la realidad que puedan encontrar.

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