13 de marzo de 2015.
Improvisación de compás y aprendizaje de una canción representada de varias formas.
La práctica de hoy aborda los siguientes objetivos, para los cuales se realizan dos actividades que se dividen a su vez en diferentes subactividades:
- Improvisar distintos patrones rítmicos sobre un compás de 3/4.
- Aprender una nueva canción.
- Analizar los distintos elementos del compás de la canción.
- Aprender la canción con el nombre de las notas de esta.
- Cantar a varias voces.
- Interpretar una canción con instrumentos de lámina y a varias voces (cada voz hace una
melodía diferente, todas se juntan y se forma una pieza a "varias voces").
Actividades:
1. Rueda de improvisación en compás de 3x4, estableciendo el compás mediante percusión corporal.
Nos colocamos formando un círculo y comenzamos la actividad presentándonos al ritmo de un compás mediante distintas repercusiones corporales que ha sido marcado por la profesora a lo que, el resto de compañeros, deberán responder en eco.
Ejemplo: marcamos un ritmo dando con las palmas de las manos en los muslos, seguida de una palmada, seguida de un chasqueo de dedos. Manteniendo este ritmo constante y siguiendo a este, cada una se presenta y las demás lo repiten en eco sin perder el ritmo.
Luego, volveremos a realizar lo mismo pero sustituyendo las presentaciones por distintas improvisaciones silábicas: una alumna se inventa un ritmo y las demás lo repiten en eco. Por ejemplo: "la", "la", "mi", "la".
En la realización de esta actividad, hemos encontrado dificultades en cuanto a la coordinación. Esto puede ser debido a la falta de experiencia con la música a lo largo de nuestra vida. Por lo que sumamos una habilidad más a la lista de beneficios que nos puede aportar trabajar la música desde la infancia.
Vivenciar la música desde pequeños nos aporta una gran cantidad de habilidades que pueden extrapolarse a otras cosas en un futuro: coordinación, aprender a aprender (trazamos estrategias). Las alumnas que nos hemos visto en algún momento descoordinadas durante la realización esta actividad, hemos buscado un modo de concentrarnos, y ya que parecía que el observar al resto de compañeras influía en esta descoordinación, algunas personas han optado por cerrar los ojos y otras, como yo, por mirar al suelo. Es decir, hemos trazado una estrategia para conseguir llevar el ritmo con el resto de la clase.
Hacer música requiere mucho nivel de concentración, por lo que transmitir esto a los niños servirá para crearles ese hábito, procurando siempre que la actividad sea lo más atractiva posible para favorecer la motivación.
2. El aprendizaje de la canción: "Es de noche".
A lo largo de esta actividad vamos a aprender la canción de varias formas:
- Primero mediante el ostinato rítmico del compás mediante repercusiones corporales.
- Luego, la cantamos marcando los 3 elementos del compás: pulso, acento y subdivisión; a través de distintas percusiones corporales: el acento se marcará dando con las palmas de las manos en los muslos, el pulso con los pasos y la subdivisión con el pecho.
En el siguiente vídeo podéis observar como marcamos el acento:
En el siguiente vídeo podéis observar como marcamos el acento:
- Más tarde analizamos el contorno melódico de la canción: si los sonidos suben, bajan, son más agudos, más graves, se repiten, etc. Pongo un vídeo para que os hagáis una idea:
- Aprendemos la canción con el nombre de las notas musicales correspondiente. En el primer vídeo aprendemos unos movimientos que relacionaremos con las notas musicales, y en el segundo vídeo cantamos la canción sustituyendo la letra por las notas musicales correspondientes, acompañándolas después con los movimientos del acento.
- Cantamos la canción a varias voces acompañando con movimientos corporales. Una parte de la clase hace una voz que se corresponde rítmicamente con el acento con una serie de notas; otra parte de la clase, al ritmo del pulso, canta otra voz; y el resto canta la melodía. Todo de forma que suene al mismo tiempo.
- Esto último visto con la voz, lo trasladamos a los instrumentos. Tocamos la canción con acompañamiento armónico en los instrumentos de láminas.
Como veis, hemos abordado la misma canción de varias formas distintas y es que, cuantas más formas de abordar un mismo contenido, antes y mejor lo interiorizaremos. Yo personalmente, que no he estudiado música en mi vida, no me creía capaz de ser partícipe en la interpretación de una pieza mediante instrumentos musicales, así que, el verme sentada delante del xilófono me he ilusionado y motivado como una niña. Sinceramente, me ha encantado.
Tendemos a pensar que algo es muy complicado de realizar y nos rendimos antes de intentarlo. Esto se debe a que solemos percibir las cosas como un todo y lo analizamos rápidamente, en vez de percibir cada una de sus partes analizándolo con tranquilidad.
Interpretar una pieza musical no tiene por qué darnos miedo ni pensar que un niño no es capaz de hacerlo. Hay piezas musicales sencillas que, además, puedes dividir en partes y repartirlas en grupos. La profesora, en esta actividad, ha repartido los sonidos en tres grupos, tanto con las voces como con los instrumentos. Esto ha hecho que cada grupo se encargara de una mínima parte, algo sencillo, y que todos juntos crearan la pieza. Además de facilitar el trabajo y la adquisición de los contenidos, hace atractiva la actividad y motiva a su realización, lo hace que podamos llevarlo a las aulas de infantil, donde los niños podrán disfrutar de estas actividades mucho más que nosotras.
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